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Tus risas

Supe que estaba enamorada de ti el día que escuché todas tus risas.

Desde la más cálida y suave a la más estridente, me gustan todas.

Tus risas consiguen espantar mis penas igual que las sacudidas hacen volar al polvo.

Una de tus risas, la más entrañable, me hace cosquillas en el cuello; otra, la más animal, hace arder mis entrañas…

Las ondas sonoras de tus risas se me quedan dentro, en lo más íntimo, y retumban: golpes de timbal, tambores de guerra.

Y así me encaro a la vida, con la fuerza de tu alegría revolucionándose en cada átomo que me forma. Podría volar, romper cualquier oscuridad, podría formar nuevos universos.